El artículo de hoy lo vamos a dedicar a los 6 mejores aceites para tener una despensa saludable:

  • Aceite de oliva: El oro amarillo, es sin duda el mejor aceite del mercado. Contiene grasas monoinsaturadas (ácido oleico, w9) que previenen enfermedades cardiovasculares: reducen el colesterol malo (LDL) y aumentan el bueno (HDL). Prensado en frío, conserva fitoesteroles, vitamina E y polifenoles, que le confieren un gran poder antioxidante. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y contribuye a la salud del sistema nervioso. El uso de aceite de oliva para repostería es cada vez más común entre quienes cocinan recetas dulces. Sustituir la mantequilla o la margarina por aceite de oliva en las recetas de postres aporta aromas y matices de sabor muy especiales, además de mayores beneficios para la salud, ya que cambiamos una grasa saturada, como es la mantequilla, por las grasas saludables que componen nuestro “oro líquido”.

Es un aceite que es resistente a elevadas temperaturas, por lo tanto sería una muy buena opción tanto para cocinar como para comer en crudo.

 

  • Aceite de coco: Se extrae de la pulpa de coco prensada. Contiene un 86,5% de grasas saturadas, pero que no cunda el pánico, no todas las grasas saturadas son malas. En el caso del aceite de coco se compone mayormente de ácido láurico, que no sube los niveles del colesterol ni afecta a la salud cardiovascular. Tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Es uno de los productos con los que nos gusta contar, sobre todo si gustan los currys, entre otras elaboraciones culinarias asiáticas.

 

  • Aceite de lino: Compuesto básicamente por grasas poliinsaturadas omega 3 (ácido linolénico) es el más inestable de los aceites, y por esto, una vez abierto se tiene que conservar en la nevera. Tiene un agradable sabor a nueces, que se va tornando amargo a medida que se oxida.

Es una gran opción para los vegetarianos y veganos tomar una cucharada pequeña de aceite de lino virgen diaria en crudo para obtener omega 3.

 

  • Aceite de sésamo: Rico en ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoleico, w6). Siempre damos mucha importancia al omega 3, pero tiene que haber un buen balance con el omega 6. Por ello, el aceite de sésamo se convierte en una fuente interesante de ácido linoleico. Además, contribuye a la salud muscular, del sistema nervioso y la piel. El aceite de sésamo es muy sabroso y aromático, es un ingrediente habitual en la cocina asiática, hay muchos platos en los que se incluye. Es muy común darle el punto final a un plato aderezándolo con unas gotas de aceite de sésamo una vez finalizada su cocción. Es exquisito también para aderezar ensaladas, tatakis, etc…

 

  • Aceite de semillas de calabaza: Contiene ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoleico, w6). Rico en zinc y magnesio es muy interesante introducirlo cuando se quiere potenciar la fertilidad y para el crecimiento del feto. Tiene un característico color verde oscuro y un sabor a pipa de calabaza muy particular e intenso. En la ensalada es todo un clásico en Austria, además de ser muy práctico para la decoración de aperitivos e incluso postres. Cuando se utiliza el aceite suelen usarse también las semillas de calabaza para decorar, incluso en el empanado de filetes o para dar el toque final en purés o postres. Lo único que no debe hacerse con este tipo de aceite es calentarlo, así que no puede usarse para cocinar o freír, sino únicamente para dar el toque final a los platos.

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